Traducción Literaria

Nos adentramos hoy en el mundo de la traducción literaria. Tal vez la más conocida y en la que todo el mundo piensa cuando se habla de traducción. Es fundamental por todo el conocimiento que ha logrado transmitir entre culturas, y existe desde tiempos inmemoriales. 

Antes de empezar, es necesario hacer una aclaración: la traducción literaria no es lo mismo que la traducción de libros. Una explicación clara y concisa de lo anterior sería este extracto encontrado en tiposdetraduccion.wikispaces.com:
"El libro no es más que uno de los soportes que sirven para cualquier tipo de traducción. La traducción literaria se refiere a la de aquellas obras o textos que, generalmente, sirven en su lengua original para crear o reflejar una experiencia estética o artística, en lugar de estrictamente recoger y transmitir información o conocimientos, ya que esto sería un ámbito propio de la traducción técnica. La traducción de una novela sería un ejemplo de traducción literaria, como podremos comprobar en puntos posteriores en un análisis de una de ellas, mientras que la de un estudio o ensayo sería una traducción técnica, por lo que estaríamos hablando de un ámbito diferente."
Dicho esto, podemos hablar de que la traducción literaria es, valga la redundancia, la traducción de literatura, de novelas, narraciones, relatos cortos, tipos de poemas y todo lo que se encuentre dentro del género literario. Gracias a ella hemos podido leer a Allan Poe, Dickens, Jane Austen, William Shakespeare; también hemos descubierto Harry Potter, Los Juegos del Hambre, el Señor de los anillos y otras sagas de libros tan importantes y reconocidas en nuestros días.

Fuente:  http://www.serviciodetraductores.com/servicios/traduccion/traduccion-literaria/

Uno de los mejores documentos gráficos que he encontrado es el vídeo del British Centre for Literary Translation en YouTube, en el que, si tienes un nivel de inglés medio, se explica de forma muy precisa el concepto de traducción literaria. 

La idea que se saca del vídeo es que la traducción literaria es mucho más que una traducción de significado, ya que hay que coger todos los elementos que hacen a esa historia divertida, triste, rápida o lenta, y reproducirlos de la forma más fiel posible en la lengua hacia la que se traduce, haciendo que el texto traducido sea tan interesante para el lector como el original.

La figura del traductor ha sido siempre infravalorada: se da por hecho que tiene que hacer siempre una traducción perfecta y nunca se le recuerda cuando un libro está bien traducido; pero se saca su nombre a la luz cada vez que se comete un fallo. Los propios escritores suelen también tirarse al cuello de los traductores. Sin embargo, se han dado ocasiones en las que los escritores han apoyado públicamente a las traducciones. Gabriel García Márquez dijo que prefería la traducción al inglés de Cien Años de Soledad de Gregory Rabassa que su versión original. James Thurber fue más allá y, cuando un lector francés le dijo que leer sus obras en francés era incluso mejor, dijo lo siguiente:
"Yes, I tend to lose something in the original" (Sí, suelo perder en la versión original)


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